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Exitocina, la hormona   del emprendimiento

Exitocina propone un nuevo lenguaje en torno al emprendimiento en el que conceptos como sacrificio, superación, sufrimiento, competencia, o ambición material, ceden protagonismo a otros como pasión, confianza, diferencia, comunicación o emoción. Su objetivo, crear un nuevo diccionario sobre el emprendimiento capaz de desmontar viejos clichés que alejan a los jóvenes del mundo de los negocios. Y sobre todo animar a las personas con talento a convertir su pasión y lo que les gusta a hacer en el centro de su vida a través del emprendimiento. 

 

Este es el recetario de la Exitocina, resumido en un decálogo de recomendaciones para emprendedores:

1. Hemos aceptado que los negocios no son personales, pero no hay nada más personal que un negocio cuando responde a lo que te gusta hacer. La vida puede ser bella emprendiendo.


2. Habría que desterrar el concepto de negocio como negación del ocio. Debemos convertir el negocio en la afirmación del ocio. 


3. Nadie puede dar de lo que no tiene. Si no eres feliz, no puedes repartir felicidad. Así que sé egoísta y dedícate a lo que te gusta: por ti y por los demás.


4. En un atasco, el emprendedor no sigue el camino por el que van todos, sino que coge la primera bocacalle a ver qué pasa. 


5. Cuando se emprende la pregunta no es cuánto quiero ganar, sino cuánto voy a hacer ganar. El fin de una empresa es aportar valor.


6. Nos han inculcado que la seguridad es la base de la felicidad, cuando es la incertidumbre lo que hace más interesante nuestra vida.


7. Si alguien te dice despectivamente que te vendes bien, replícale que es el elogio más hermoso que nunca te han hecho. Porque venderse bien no es lo contrario de ser bueno, es un atributo fundamental de ser bueno.


8. Ser un "motivao" es lo mejor que se puede ser para emprender porque la fe que mueve montañas es la fe en uno mismo.


9. En vez de seguir la norma, busca tu diferencia. El mundo de los negocios está lleno de fracasos empresariales de gente que aplicó el manual de instrucciones. 


10. No podemos controlar el largo de nuestra vida, pero puedes hacerla todo lo ancha que quieras. Vive a lo ancho

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